Hablamos con personas voluntarias de Acción Contra la Trata: «Es una puerta a un mundo de posibilidades»

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Cada 5 de diciembre desde 1985 se conmemora el Día Mundial del Voluntariado promulgado por Naciones Unidas.Ya el año pasado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hablaba de que «con voluntariado, unidos somos más fuertes», algo que, sin duda, es muy importante para nosotras y para nuestras compañeras Las Poderosas cuyo lema es «Unidas somos más fuertes».

Desde estas premisas hemos hablado con varias personas del equipo de voluntariado que nos cuentan su experiencia en estas labores en Acción Contra la Trata. Desde aquí, un gran aplauso de agradecimiento por toda la dedicación y cariño que deposita cada persona en las tareas voluntarias que realiza. ¡Gracias! Eskerrik asko!

Sesión de acogida al equipo de voluntariado en febrero de este año en la Sala Calderería.

El voluntariado «es un espacio de compromiso y responsabilidad en el que dedicas tu tiempo y tu ser para unos fines comunes con la entidad en la que colaboras», explica Belén Arnedo, coordinadora de voluntariado de la asociación. «Es un espacio de colaboración donde, de diversas formas, se promueven las relaciones sanas e igualitarias entre todas las personas partícipes, teniendo en cuenta la confidencialidad, la responsabilidad, la asertividad, la escucha, y el aprendizaje y enriquecimiento mutuo. Es un proceso de transformación y cambio para alcanzar o promover la sociedad que queremos».

El equipo de voluntariado es numeroso y variado en su actividad, igual que nuestra asociación, pero siempre «es un proceso de ayuda mutua», como explican Jaione Arriazu, voluntaria de 25 años que nos acompaña en la formación en castellano a mujeres, y Miguel Hernández, estudiante de 20 años que también realiza la misma labor. Igualmente, Raquel Orbaiceta, estudiante de 2º de bachiller, explica a sus 17 años que el voluntariado en Acción Contra laTrata es beneficioso en ambas direcciones, ya que no solo enseña, sino que ella aprende «de las culturas de las mujeres» a las que acompaña.

Eso sí, hay muchas más posibilidades de voluntariado, como explica de nuevo Belén «Acción Contra la Trata es una asociación sin ánimo de lucro que nace en 2015 para abordar el tema de la trata con fines de explotación sexual, como una realidad presente a nivel local, nacional e internacional. Como asociación establecemos sinergías con otras entidades, colectivos, instituciones para incidir en esta realidad compleja, que afecta de diferente manera a hombres y a mujeres. Es por ello, que para afrontar este fenómeno busca y favorece la participación de hombres y mujeres y promueve relaciones sanas e igualitarias que eliminen todo tipo de violencia hacia las mujeres. Para ello trabaja: otras formas de masculinidades, la autodefensa feminista, el apoyo psicológico, la integración social y el arte como herramienta de empoderamiento, así como la Cooperación Internacional con una asociación local en Nigeria. Respondiendo a estas líneas de acción se elaboran distintos itinerarios de voluntariado: las personas voluntarias pueden participar como enlace con otras entidades, apoyan en la difusión de nuestro mensaje con la campaña #metachodemacho, apoyan en la difusión del corto documental We have a dream, facilitan el aprendizaje del español y la lectoescritura o la empleabilidad, entre otras acciones».

«Desde la asociación también se deja la puerta abierta a otro tipo de colaboraciones que se van presentado para las mujeres a las que acompañamos».

Belén Arnedo, coordinadora de voluntariado

Si hablamos con Raquel, Jaione o Miguel, nos damos cuenta de los puntos en común que tienen todas las personas que se acercan al voluntariado en nuestras asociación, y es las ganas de ayudar: «Yo quiero que aprendan y ellas quieren aprender», así de sencillo lo describe Raquel. Para ello, además, se realiza un plan formativo para las personas voluntarias que acompañan a las mujeres, ya que crean vínculos no solo de ayuda, sino personales en los que pueden llegar a conversar sobre sus vidas mientras aprenden castellano. «Hay días de apoyo donde lo más importante es escucharles», coinciden las tres.

Miguel comenzó en Acción Contra la Trata – ACT a través de su colegio San Ignacio que propuso voluntariado local a través de diversas charlas a raíz de la pandemia. Por su parte, Jaione, no sabía qué hacer cuando acabó la universidad y, como le interesaba lo social, nos conoció a través del boletín Navarra Más Voluntaria. Desde una asignatura de San Cernin, Raquel conoció nuestra labor y empezó sus labores como voluntaria. Cuenta orgullosa como al mes otra compañera también comenzó, al año otra amiga… y ahora «hemos ido a explicar el proyecto a 1º de Bachiller y ya hay más estudiantes con interés».

Despertar la curiosidad sobre este tema es clave para animar a que más pesonas se sumen al voluntariado.

Miguel Hernández, voluntario

«Además, me sirvió para informarme porque siento que en esto de la trata y la prostitución todo el mundo tienen una opinión y nadie sabe nada realmente», confirma Jaione. A través del voluntariado hemos descubierto «que hay mucha trata… pensábamos que era algo más lejano». Para Raquel, además, ha sido una oportunidad de aprendizaje cultural, ya que también ha compartido momentos en los que ellas le han enseñado a hacer comidas de su país, por ejemplo. «El voluntariado trasciende la clase, es mucho más», explica.

«Al comenzar te sientes un poco perdido», nos cuenta Miguel, «pero al trabajar con ellas las necesidades y objetivos que tienen al aprender castellano vas adaptando las clases». Jaione aprovecha para trabajar a través de la gramática, «es un reto para mí»; mientras que Raquel apuesta por apoyarles también con nuevas metodologías como el uso de Kahoot.

Miguel Hernandez y Jaione Arriazu en la sala de Zentro donde dan clases de español.

Para el equipo de voluntariado es una experiencia de la que reciben mucho, también emocionalmente, como cuenta Jaione: «Siento calidez humana. Estamos estudiando, pero muchas veces acabamos contándonos cosas de nuestra vida, nuestras culturas… como si fuéramos amigas». Aunque en ocasiones también reconoce que le frustra no poder ayudar más en los problemas diarios a los que se enfrentan las mujeres a las que acompañamos. Raquel habla de «superación por ambas partes. Ellas siguen aprendiendo hasta que les sale bien y para mí también hasta que se lo enseño». Miguel se emociona cuando disfruta y aprende su alumna: «después de todo lo que ha vivido, ahora tiene una oportunidad». Y es que nos cuentan que en sus clases de español se les ilumina la cara cuando aprenden algo e incluso aplauden cuando les sale bien… «les empodera». Jaione también reconoce que trabaja el que «no pasa nada porque hable mal, no tiene por qué ser perfecto» ya que es un proceso: «atreverse a hacer las cosas -en este caso hablar español- ya es hacerlo bien». Cree que es más importante apoyarles y acompañarles en el uso del castellano que el aprendizaje concreto.

Atreverte a hacer las cosas ya es hacerlo bien.

Jaione Arriazu, voluntaria.

El equipo de voluntario sigue animando a más personas a sumarse porque cada persona, además, puede aportar cosas diferentes. Eso sí, coinciden en que cuando «conoces a alguien que ya está participando en el voluntariado de la Asociación es más sencillo de entender». Jaione explica que «se suele olvidar que el voluntariado es un área ciudadana de la que puedes involucrarte, implicarte en una acción… es una puerta a un mundo de posibiilidades que no conocías». «Y la curiosidad, despertar la curiosidad sobre este tema» es clave para Miguel.

Raquel anima a todas las personas a ser voluntarias porque no es solo dar clase «es verles con ganas de aprender, al mismo tiempo que debes pensar en cómo lograrlo y adaptarlo a cada una de ellas… es crecer personalmente viendo los logros que ellas alcanzan y aprender de ellas. Además, para mí, obtener su confianza, es muy valioso».

Raquel y dos de sus alumnas al finalizar una de las clases.

Tantas semanas de estudio también traen momento especiales, como el día en el que una de las mujeres escribió su nombre y el de su hija por primera vez; «fue un día que me marcó», explica emocionada Raquel. «Me quedo siempre con los buenos momentos de clase».

El día en el que una de las mujeres escribió su nombre y el de su hija por primera vez fue un día que me marcó.

Raquel Orbaiceta

El voluntariado es un acto de aprendizaje también para la persona voluntaria. Jaione, además, expresa que ha «aprendido a no precipitarme y hacer juicios rápidos cuando veo a una persona. Estoy aprendiendo a identificarlos y pararlo lo antes que pueda», a la vez que Miguel asiente confirmando los mitos que ha derribado sobre trata y prostitución al apoyar a estas mujeres. Por otro lado, Raquel se ha encontrado cierto rechazo cuando explica a otras personas que colabora con Acción Contra la Trata por esos estereotipos que tienen las personas e «intento explicarles que no las conocen y no las deben juzgar».

Para Belén, es una alegría «contribuir, por facilitar los espacios, por compartir momentos, por aprender de todas las personas, por aprender distintas formas de hacer, por descubrir y conocer a personas con las mismas inquietudes y motivaciones. También me siento orgullosa de todo lo que hemos ido construyendo, las personas que formamos el grupo, de las iniciativas y de las propuestas que se generan. Entiendo que desde este equipo tan pequeñito vamos construyendo poco a poco una realidad más justa, sana e igualitaria, y esto me reconforta y hasta cierto punto me relaja, porque soy parte activa de este deseo». Raquel ha aprendido que «en Pamplona no es todo tan bonito como parece» para las personas migrantes, ya que les ayuda a hacer algunas gestiones burocráticas y se va encontrando con las trabas con las que ellas se topan.

«Si compartes nuestras motivaciones, no te quedes con el y sí… acércate y colabora. Hay diversas formas de participar, ya descubriremos la que mejor nos encaja». Contáctanos.

Con la colaboración de:

Ayuntamiento de Pamplona

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