Talleres de comunicación en redes sociales con perspectiva de género y LGTBI
10 noviembre, 2017Cronstruyendo relaciones igualitarias
28 noviembre, 2017Aquí tienes mi mano para acompañarte, para que te apoyes en ella si quieres, para sostenerte.
Aquí tienes mi mano, por si necesitas apretarla bien fuerte cuando la rabia o el miedo se apoderen de ti. Por si necesitas agarrarte a ella para no perderte. Por si te despiertas sobresaltada. Por si quieres que te meza, por si quieres que te abrace.
Aquí tienes mi mano, por si necesitas que te enjuague las lágrimas. Porque lloro contigo. Porque fuiste tú, pero podría haber sido yo, o ella, o aquella otra.
Aquí tienes mi mano, abierta, pero la puedo cerrar y convertirla en puño para luchar a tu lado contra aquellos que te hicieron daño.
Aquí tienes mi mano, para señalar, junto con la tuya, a los culpables. Para señalar a los que te hicieron esto, y a aquellos que los defienden, a quienes son cómplices, o simplemente callan y miran para otro lado.
Aquí tienes mi mano, para retirarte el pelo de la cara, para sostenerte la frente si te dan arcadas. Para taparte los oídos cuando lo que dicen te hace daño, para taparte los ojos si no quieres volver a ver a esos hijos sanos del patriarcado.
Aquí tienes mi mano tendida, por si la necesitas para ponerte en pie, por si quieres recostarte sobre ella, por si solo necesitas sentirla, para ayudarte a sanar las heridas.
Aquí tienes mi mano para darte las gracias por seguir con vida, para aplaudir tu valentía. Para decirte que yo te creo, para decirte que a mí también, para decir que ya vale, que ni una menos, que nunca más.
Aquí tienes mi mano, para que sepas que estoy aquí, que estamos aquí, que estamos contigo.
Texto: Una chica de 37 años de Pamplona